domingo, 31 de mayo de 2009

Entrevista a Pablo Alessandroni

Tuvimos la oportunidad de dialogar con el Secretario Estudiantil de la Facultad, Lic. Pablo Alessandroni, quien, mediante una charla distendida y breve, nos permitió plantearle ciertas cuestiones que hacen a la vida de los estudiantes, como el proyecto del comedor universitario y el transporte en general en la ciudad de Rosario.

El Secretario manifestó que “el proyecto del comedor universitario esta aprobado, a partir de distintos trabajos que se vinieron dando entre Federación Universitaria de Rosario (FUR) y la Universidad”. También comento que hay un lugar designado dentro de la Ciudad Universitaria para la instalación de dicho comedor y que además este proyecto ya esta presupuestado, y a su vez monitoreado por la parte de bienestar estudiantil de la Universidad, por lo que deja de ser un mero proyecto.
Asimismo, a pesar de poseer estas características, “el comedor de la Siberia es el mas alejado de la concreción”, según expreso el entrevistado. Por otra parte aclaro que esta iniciativa no fue impulsada por ninguna agrupación en especial, sino que salio desde la misma FUR, si bien dichas agrupaciones políticas estudiantiles han presentado reclamos al respecto históricamente.
A la hora de preguntarle su opinión acerca de los comedores universitarios existentes en otras provincias, Alessandroni respondió: “Las condiciones dependen de las características propias de cada universidad; tal es el caso de la provincia de Córdoba, cuyo comedor universitario rige hace 25 años”. Y agregó que dichas condiciones “son variables y no son comparativas”.
También dejó entrever su punto de vista en relación a esta temática y expuso: “La cuestión de la conformación de un comedor universitario en Rosario pasa por un mayor nivel de compromiso y decisión tanto política como social.
Otra temática que pudimos plantearle tuvo que ver con el medio boleto estudiantil y las becas para transporte público interurbano. Al respecto el Secretario Estudiantil sostuvo que esta idea está fuera de lo que puede ser una reivindicación histórica. Por este motivo, los reclamos universitarios carecen de consenso político, ya que hoy por hoy la prioridad en sí apunta al ámbito escolar, dejando de lado al universitario.
A pesar de esto, la Secretaría de Bienestar de la Universidad lanzó hace tiempo un programa de becas que incluye a aquellos alumnos que residen fuera de la ciudad de Rosario y que están aquí cursando sus estudios. Estas becas consisten en un descuento en el precio del boleto, a fin de que esta condición (de no residente) no sea un motivo de deserción estudiantil.
Ahora bien, no sucede lo mismo con el transporte interurbano. En referencia a esto, Alessandroni destacó: “Se está trabajando en este aspecto pero depende de la cosmovisión política de cada ciudad”, y agregó: “Es una fuente que se está intentando incorporar a los estudiantes universitarios, pero que por ahora no se puede dar debido a las franquicias que corresponden a la ciudad de Rosario”.
Por último, manifestó que “no es que sea imposible esta cuestión” de incorporar a los alumnos universitarios en el plan de medio boleto, sino que históricamente “se atendió a la primaria y a la secundaria”.
Luego de esta charla pudimos dilucidar que en estas dos cuestiones (comedor universitario y medio boleto estudiantil) todo apunta al consenso necesario entre los intereses del sector político y el ámbito universitario, para que el estudiante se vea beneficiado y no tenga que tomar la decisión de dejar de estudiar por una cuestión meramente económica.

VOLVER A CASA…

Por Redacción Comunicación

Hoy por hoy la Universidad Nacional de Rosario (U.N.R) ha dejado de ser pública. O al menos eso demuestra la situación actual de los proyectos que tendrían que constituir una herramienta para que los estudiantes no se encuentren con trabas de tipo económico, a la hora de cursar una carrera. Las propuestas que apuntan a una mejora en el transporte interurbano para estudiantes universitarios y al establecimiento de un comedor destinado a ellos (menúes accesibles para aquellos que no gocen de una holgada condición económica) se encuentran hoy en día estancados. Esto genera como consecuencia directa una deserción estudiantil que día a día arroja cifras cada vez más altas.

A través de un trabajo de campo que incluyó entrevistas a miembros de algunas agrupaciones políticas estudiantiles, Patricio Flintas de Franja Morada, y Agustina Felizia de ALDE, y al Secretario Estudiantil, Pablo Alessandroni, pudimos recoger datos, opiniones, propuestas y pensamientos acerca de esta situación que afecta al ámbito de la Universidad y que se orienta básicamente hacia esos dos proyectos nombrados anteriormente.
Hoy en día, la conformación de un comedor universitario en la ciudad de Rosario, significaría para algunos estudiantes un alivio económico, ya que se podrían adquirir menúes de lo más variados y saludables a costos asequibles, como ocurre, por citar un ejemplo, en la Universidad de Córdoba, donde el menú estudiantil cuesta alrededor de tres pesos. La cuestión del comedor universitario ya se ha tratado anteriormente, pero el modus operandi para llevar adelante este plan no fue el adecuado.
La Universidad antes contaba con un sistema de becas en el que se entregaba a los beneficiados una suerte de cartón que los habilitaba para desayunar, almorzar y/o merendar en la facultad. El problema era que sólo podían hacerlo en un bar que estaba situado en el área urbana de la ciudad universitaria, por lo que se veían obligados a trasladarse hasta el mismo. Es decir, lo que los becados ahorraban en comida, terminaban gastándolo en colectivo. En reemplazo de esta medida, la Federación Universitaria de Rosario (FUR) decidió entregar a aquellos alumnos un bono que podían canjear en los supermercados adheridos a este plan. Así, ya no se trataba de un sistema de becas para el comedor universitario, sino que se transformaban en becas para alimentos, lo que hacía más amplio su campo de utilización.
Como se dijo anteriormente, la otra parte de esta temática la ocupa el sistema de becas de transporte, que, dicho sea de paso, tampoco contó en sus orígenes con una modalidad adecuada, sino que la forma en la que este beneficio se llevaba a la práctica era más bien compleja. En este sentido los estudiantes becados debían presentar las tarjetas que habían utilizado, y en ellas debía aparecer el origen de su recorrido y el destino al cual se dirigían. El inconveniente principal que esto presentaba era que esas becas contemplaban únicamente el trayecto hasta la facultad y sólo en los horarios de cursado de cada alumno. Hoy en día la Universidad les otorga a dichos estudiantes una tarjeta que cubre hasta dos viajes por día para que ellos las utilicen según su criterio. Estos fueron los proyectos que rigieron o funcionaron en la U.N.R, los cuales tuvieron sus falencias y críticas, aunque sus intenciones siempre apuntaron al beneficio de los estudiantes cuyas oportunidades estaban reducidas.
Ahora bien, una vez analizado esto, resta saber por qué la Universidad no adopta las medidas necesarias para frenar la deserción estudiantil, otorgando el tan ansiado medio boleto para el transporte público interurbano y concretar la construcción de un comedor universitario que incluya precios más convenientes. La respuesta es simple: no pasa únicamente por una decisión de tipo institucional, sino que el papel de la política local resulta fundamental a la hora de la ejecución de estos planes.
Si bien el comedor estudiantil es un proyecto que compete más a las instituciones educativas, es cierto que parece prácticamente imposible separar al órgano político de esta cuestión. Pero también es cierto que en otras provincias existen universidades que poseen este tipo de instalaciones desde hace muchos años, entonces cabe preguntarnos por qué en la ciudad de Rosario, que no tiene motivos para envidiar condiciones a las provincias de Córdoba, San Luis, La Pampa, por citar solo algunos ejemplos, esto parece cada vez más lejano.
Si es dificultoso separar del proyecto del comedor estudiantil al ámbito político local, más lo es todavía aislarlo de la temática del medio boleto, en el que juegan un papel importantísimo las diferentes franquicias correspondientes a la ciudad de Rosario. Este constituye el principal argumento que esbozan las autoridades políticas para demorar cada vez más la puesta en práctica de estas ideas. Hasta el momento la prioridad la tienen los colegios, ya que los alumnos de primaria y secundaria sí poseen determinados descuentos en los transportes públicos. Lo mismo sucede con los jubilados, que también cuentan con ese beneficio, de la misma manera que aquellos que poseen capacidades reducidas.
Por ahora entonces, los estudiantes universitarios deben adaptarse a los vaivenes de la política de turno y continuar con sus estudios como puedan. De esta manera se ve que la falta de iniciativa, compromiso y decisión política y social hace que estas propuestas demoren cada vez más en concretarse, en salir de los papeles y hacerse realidad de una vez por todas. Mientras tanto, una buena cantidad de alumnos debe volver a su casa, simplemente porque no le da el bolsillo…